En un informe de CEPAL se estima que 167 millones de personas se
encontraban en situación de pobreza en 2014, de las cuales 71 millones sufrían
extrema pobreza o indigencia.
"La pobreza afectó en 2014 a 28% de la población de América
Latina, lo que revela que su proceso de reducción se ha estancado en torno a
ese nivel desde 2012, mientras que en ese mismo período la indigencia aumentó
de 11,3% a 12,0%, todo ello en un contexto de desaceleración económica, de
acuerdo con las proyecciones de un estudio de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL) presentado hoy en Santiago de Chile.
El documento Panorama Social de América Latina 2014 señala
que la situación de la pobreza en la región se mantuvo estable entre 2012 y
2013, cuando afectó en ambos años a 28,1% de la población. Para 2014 se estima
que, en términos porcentuales, se mantendría en torno a 28% lo que, unido al
crecimiento demográfico, se traduciría en un aumento en números absolutos hasta
alcanzar a 167 millones de personas.
En tanto, la extrema pobreza o indigencia aumentó de 11,3%
en 2012 a 11,7% en 2013, lo que supone un incremento de tres millones hasta
afectar a 69 millones de personas. Las proyecciones indican que en 2014 se
habría registrado una nueva alza, hasta 12%, lo que significa que, de los 167
millones de personas en situación de pobreza en ese año, 71 millones se
encontraban en condición de extrema pobreza o indigencia.
“La recuperación de la crisis financiera internacional no
parece haber sido aprovechada suficientemente para el fortalecimiento de
políticas de protección social que disminuyan la vulnerabilidad frente a los
ciclos económicos. Ahora, en un escenario de posible reducción de los recursos
fiscales disponibles, se requieren mayores esfuerzos para apuntalar dichas
políticas, generando bases sólidas con el fin de cumplir los compromisos de la
agenda de desarrollo post-2015”, subrayó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL,
Alicia Bárcena.
Pese a la falta de progresos en el promedio regional, cinco
de los 12 países con información disponible al 2013 registraron disminuciones
de la pobreza por ingresos superiores a un punto porcentual por año. Los países
que mostraron mayores descensos fueron Paraguay (de 49,6% en 2011 a 40,7% en
2013), seguido por El Salvador (45,3% en 2012 a 40,9% en 2013), Colombia (32,9%
en 2012 a 30,7% en 2013), Perú (25,8% en 2012 a 23,9% en 2013) y Chile (10,9%
en 2011 a 7,8% en 2013).
Además de analizar la pobreza por ingresos, la edición 2014
de este estudio anual presenta una medición complementaria de carácter
multidimensional que abarca cinco ámbitos: la vivienda, los servicios básicos,
la educación, el empleo y la protección social, y el estándar de vida (referido
a los ingresos monetarios y la posesión de bienes duraderos). Se considera que
una persona es pobre si tiene carencias en más de una de estas dimensiones.
De acuerdo con este índice, entre 2005 y 2012 la incidencia
de la pobreza multidimensional se redujo, como promedio para 17 países de la
región, de 39% a 28% de la población, cifras similares a las de la pobreza por
ingresos. En todos los casos se registraron caídas en esta medición y los
mayores descensos se produjeron en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y
Venezuela.
En lo que respecta a la desigualdad, se observa una mejora
en los 15 países con información actualizada, con la única excepción de Costa
Rica.
Entre 2002 y 2013, en el conjunto de estos países el índice
de Gini –referido a la distribución del ingreso, donde cero es la igualdad
total- cayó aproximadamente 10%, de 0,542 a 0,486. En tanto, entre 2008 y 2013,
la participación en los ingresos totales del 20% de los hogares más pobres se
incrementó de 5,2% a 5,6%, mientras que la del quintil más rico se redujo de
48,4% a 46,7%.
Al analizar la desigualdad de género en el mercado laboral,
el informe revela que la eliminación de las diferencias en las tasas de
actividad de hombres y mujeres conllevaría descensos en los niveles de pobreza
(medida por el ingreso per cápita de los hogares) de hasta 12% en el caso de Nicaragua
y El Salvador, así como en los de desigualdad (medida por el índice de Gini).
Lo mismo ocurriría con la eliminación de las brechas de ingresos entre varones
y mujeres, que en el caso de Bolivia permitiría disminuir la pobreza en 14%.
En materia de gasto social, la región hizo un esfuerzo
significativo a partir de 2008 para enfrentar la crisis financiera
internacional, pero en 2012 y 2013 se observó una desaceleración del
crecimiento de éste, que responde principalmente al escaso dinamismo de la economía
internacional y al impulso de la inversión en los sectores no sociales.
Si en 2008-2009 el gasto público social como porcentaje del
producto interno bruto (PIB) en América Latina se situó como promedio en 18,3%,
en el siguiente bienio ascendió a 18,9% y en 2012-2013 alcanzó 19,1%, aunque
sigue habiendo grandes diferencias entre países.
Por otra parte, el estudio refleja notables avances en la
cobertura educativa de las y los jóvenes latinoamericanos, pero indica que
estos sufren mayores tasas de desempleo y menor protección social que los
adultos. Además, están entre las principales víctimas de los homicidios en
América Latina y el Caribe, donde se concentran siete de los 14 países más
violentos del mundo.
Por último, en cuanto a la segregación residencial
socioeconómica en las grandes ciudades latinoamericanas, se constata que ha
tenido una tendencia a la baja en los últimos 15 años, aunque sigue siendo
mayor entre los grupos más acomodados que entre los más desfavorecidos."
Fuente: CEPAL