Ayer, mientras revisaba las páginas de la sección "DIA_1" del diario "El comercio"(pp. 22 -15.06.09), me quedé preocupado e indignado con una fotografía, impresa de gran tamaño, donde se muestra a un ciudadano exhibiendo como trofeo a una gran cantidad de aves muertas a tiro de carabina. Esta irracional depredación de aves indefensas por parte de una persona, supuestamente "civilizada", dice mucho del valor que tiene sobre la vida de los seres que lo rodea.
La caza por subsistencia se puede entender, pero la caza para exhibirse, satisfacer sus instintos más bajos y por ocio, es irracional y una cuestión de peligro para la salud pública.
¿Qué hicieron las aves para terminar en las "garras" de una persona tan cruel?
¿Sabe esa persona, cuántas avecillas morirán por su crueldad?
¿Sabe esa persona, cuántos nidos serán abandonados y por ende morirán los pequeños polluelos en formación que aún permanecen en sus huevos?
¿Sabe ese señor, que está poniendo en peligro el hábitat natural de esas aves?
Sobre este asunto tiene que manifestarse las organizaciones defensoras de la vida y principalmente, los defensores de nuestros amigos animales.
El Estado debería asumir un rol más activo en la protección de la vida de animales. No se puede permitir semejante crueldad exhibicionista. Es necesario regular la caza en el país, antes que exterminen con la vida de toda la especie animal, que luchan por sobrevivir, frente al avance insostenible de la vorágine humana.
El Comercio, debería observar éste tipo de artículos, porque no refleja el espíritu de defensa de la vida y el medio ambiente. Los humanos, ya hicimos demasiado daño a la flora y fauna como para seguir promoviendo más violencia contra ella.
Algún día las leyes naturales del universo nos "cobrará" caro todo el mal que hacemos al romper la armonía y equilibrio con la naturaleza.
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