viernes, 24 de octubre de 2008

¿La inflación dejó de ser un problema?


Mientras las principales bolsas del mundo continúan en un espiral de pérdida tras pérdida, y va dejando de ser noticia, porque hasta ya se ve normal que continúen en su estación invernal, como debiera haber sido siempre, sin la intervención artificial y sacrificando recursos de los contribuyentes, nos encontramos en medio de una neblina.

La respuesta a la interrogante planteada en el título, debería ser fácil, sin embargo, el comportamiento de las variables económicas, en un contexto como éste, donde la racionalidad de los agentes económicos es impredecible hasta cierto punto, me atrevería a afirmar que el problema inflacionario entró en una fase de calma transitoria, digo esto, porque el problema de fondo persiste: Existe demasiado dólares americanos en el mercado, en esta ocasión descansando, es decir, se ha reducido sustancialmente el multiplicador del dinero, de tal manera que aparentemente existe una escasez de dinero circulante, porque los agentes económicos prefieren "guardar" sus recursos o simplemente protegerse en los bonos del tesoro... Incluso esta falta de liquidez a revertido la tendencia natural de la pérdida de valor del dólar americano, y es que existe la creencia en el chip de los agentes económicos que el dólar sigue siendo, a pesar de todo en contra, la divisa con mayor "solidez" en el mercado de divisas, aunque sabemos que ese sostenimiento se basa sólo en el posicionamiento que aún conserva el dólar con respecto a otras monedas. Una vez que las aguas se calmen, y bolsas no sigan cayendo como "aves heridas", el problema de fondo volverá, porque en realidad los líderes de la economía mundial, están más preocupados por la crisis financiera, y perdieron de vista lo más importante: la economía real. Muy poco se está haciendo para revertir el verdadero problema de la economía norteamericana, y el efecto contagio al resto de las economías del mundo, y es que antes que estallara la crisis financiera, ya tenía problemas de déficits sistemáticos en su caja fiscal y de pérdida de competitividad de su aparato productivo. Esto coadyuvado por la política monetaria expansiva de la FED, a través de constante y masiva inyección de dólares en la economía generó en un inicio el incremento de precios de las materias primas y derivados.

En el mediano plazo, incluso se corre el riesgo de un proceso de "estanflación", es decir, un estancamiento del crecimiento económico mundial con inflación.
Por otro lado, la reacción inmediata de la OPEP, ante la caída del crudo a US$ 61/barril, fue un acuerdo para reducir la producción de petróleo a partir de 1 de noviembre, es una muestra de que los principales países productores del oro negro, no desea perder de vista los altos precios que bordearon los US$ 147 registrado en julio pasado, es decir una pérdida de más del 50% en su cotización, que afectará indiscutiblemente la caja fiscal de esos países productores, y por ende sus expectativas de crecimiento económico y social. Esta programada caída en el abastecimiento del crudo, pareciera que no es noticia, porque la preocupación hoy día se centra en el enfriamiento de la economía global, con todo lo que trae consigo una escalada de quiebras de empresas, reducciones sustanciales de empleos (así lo confirma los índices de desempleo publicadas el día de hoy en EE.UU.), principalmente en los sectores más vulnerables de las grandes economías, etc.
En el caso peruano, sui generis, porque ni una crisis financiera global podría afectarla seriamente, dado que el nivel de bancarización, sólo represente la cuarta parte de la economía, es decir, somos una economía predominantemente informal y mayoritariamente autogestionaria, además de la sólidez financiera existente y las RINs que tranquilamente puede sostenernos por dos años en buen estado. El único gran problema es el sector exportador, principalmente aquellos que se dedican a la venta de materias primas: minería, agroexportación, incluso textil, porque ellos podrían sufrir las consecuencias de una crisis de enfriamiento, que a su vez reduciría la recaudación fiscal en impuesto a la renta. No hay forma de calcular con exactitud cuánto podría perder el fisco durante el 2009, por las menores ganancias de las empresas mineras, porque la volatilidad de los precios de los commodities son recurrentes, y sólo podríamos atrevernos a lanzar una reducción del orden de 2% a 4%, basados en los cálculos de consultoras y el BCR, que implicaría sacrificar recursos destinados a inversiones en las regiones más pobres del país. Esperemos que no ocurra un escenario ese escenario, pero la tendencia es esa.
Lección:

Mientras la gran mayoría de los agentes económicos, continúen creyendo en el dólar americano, a pesar de su real condición, permanecerá "sólido" en el mercado de divisas.
Personalmente, no creo en el sostenimiento del dólar.

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