miércoles, 1 de octubre de 2008

El plan de "rescate financiero": Luz verde o luz roja

Por: Wens Silvestre

Días antes del debate del proyecto presentado por la administración Bush,para crear el fondo que permitirá, "estatizar" el sistema financiero norteamericano, había mencionado que era complicado la aprobación del mencionado proyecto por el Congreso norteamericano. Y se dio ese escenario, ahora se debatirá la reconsideración del mismo. Tal vez lo aprueben con los ajustes que se hicieron a último momento. En ese sentido, tengo mi propia opinión.

Sin lugar a dudas, la crisis financiera norteamericana no tiene precedentes, y los mayores responsables son los bancos comerciales que otorgaron créditos a “diestra y siniestra” carente de un procedimiento que minimice los riesgos de recuperación del crédito, pero también estoy seguro que éste es sólo la punta del iceberg, y los segundos responsables son los bancos de inversiones que no se detuvieron en evaluar adecuadamente lo que tenían en mano.

Lamentablemente, en el negocio especulativo de las bolsas de valores, primó la irresponsabilidad, la ambición y la codicia de los inversionistas que en su extremo vienen apalancando hasta en 30 veces el capital de respaldo. Esa economía imaginaria de los inversionistas les hizo disfrutar de millones de millones de ganancias en las últimas décadas, pero llegó el día en que esa economía imaginaria, no dio para más, porque la economía real, les hizo aterrizar, y les dijo: “bájense de las nubes”.

Una cosa es la libertad, y otra cosa el libertinaje, y lo que prima, lamentablemente, en la economía mundial, es el libertinaje y la codicia, en perjuicio de la sociedad en su conjunto, principalmente en el mercado financiero.

Lo que le pasa a los Estados Unidos, nos perjudicará a todos. Algunos países están más preparados que otros, sin embargo, el costo lo pagaremos todos los que vivimos en la Tierra.

Siguiendo el principio del libre mercado, personalmente, dejaría que el propio mercado regule y continúe el proceso de ajuste automático. Que reine la ley de la oferta y demanda, y que el Estado haga lo que tenga hacer, velar por la mayoría de los norteamericanos, y no se dedique a salvar a unos irresponsables especuladores.

El ajuste automático, sería incluso menos doloroso de lo que se especula, porque estamos viviendo un tiempo de cambios constante a velocidades mayores que hace décadas atrás. En ese sentido, sería mejor que los US$ 700 mil millones, se destinaría a programas y proyectos dirigidos a los más necesitados. Con esos recursos, el Perú financiaría el presupuesto del sector público por 30 años. Y representa 7 veces el valor de su PBI anual.

Creo que los contribuyentes norteamericanos no tienen por qué aportar cada uno US$ 2000 de su dinero, para salvar a unos cuantos inversionistas acostumbrados a vivir de la desgracia de los demás. Si tienen que quebrar, que lo hagan, sólo así aprenderán a respetar que la libertad involucra también valores, y el costo del libertinaje se paga y caro.

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