Unas vacaciones le haría bien al sistema financiero global, hasta que se restablezca la calma y reducir el impacto de la incertidumbre y desconfianza que impera las actuales decisiones de los agentes económicos. Tal parece que la gente está sumido en el mundo de la histeria.
En el estudio denominado "Las Américas lidiando con la crisis financiera mundial" , el FMI señala que para "América Latina y el Caribe (ALC), la actual turbulencia mundial aparece enmarcada dentro una confluencia de shocks negativos: la paralización del mercado de crédito mundial, el debilitamiento de la demanda externa y el descenso de los precios de las materias primas". Sin embargo, resaltan las medidas adoptadas por los conductores de las políticas económicas preventivas que reducirán el impacto de la crisis. En ese sentido, algunas economías latinoamericanas exhiben indicadores macroeconómicos, sólidos en el corto plazo, que les permitirá sobrellevar los efectos nocivos de éste ciclo recesivo.
Para el FMI latinoamerica crecerá alrededor de 3% el 2009, a pesar del riesgo adverso originado por las perspectivas de los precios de materias primas.
"Si bien permanecen en niveles elevados, los precios podrían descender aún más como ha sido la experiencia en previas desaceleraciones mundiales. Por otro lado, una reducción de los precios de los alimentos y los combustibles brindaría un ansiado alivio a algunos países, en particular a los países de bajo ingreso de América Central que importan materias primas y a muchos países del Caribe" -señala el informe.
Prioridades que recomienda el FMI
- En primer lugar, es esencial velar por el funcionamiento adecuado y eficiente de los sistemas financieros. Esto indica adoptar medidas para contener los riesgos de liquidez y de calidad de los activos, yalgunos países ya han tomado medidas en este sentido. Muchos países han adquirido cuantiosas reservas de divisas que podrían usarse para hacer frente a shocks excepcionales y transitorios.
- Segundo lugar, sigue siendo importante defender los avances en materia de inflación, logrados en base a mucho esfuerzo. Los bancos centrales tendrán que mantener una comunicación activa con los mercados acerca de los desafíos y las medidas de política monetaria, sobre todo en lo que se refiere a la trayectoria futura de la inflación, a fin de preservar el anclaje en las expectativas inflacionarias.
- En tercer lugar, la situación de las finanzas públicas probablemente se verá sometida a tensiones en un momento en que será necesario mantener una red de protección social más sólida para los hogares de bajo ingreso, los que sufrirían las consecuencias de la desaceleración. Esto exigirá una estrategia mucho más focalizada para garantizar que el gasto público permita atender las necesidades esenciales, minimizando al mismo tiempo nuevas necesidades de financiamiento.
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