domingo, 1 de septiembre de 2024

Presupuesto 2025: Entre la sostenibilidad fiscal y los desafíos estructurales

 Por Wens Silvestre

El Poder Ejecutivo presentó el proyecto de Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2025, ascendente a 251.8 mil millones de soles, lo que representa un incremento del 4.6% en relación al Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) 2024, que fue de 240.8 mil millones de soles. Este presupuesto refleja un esfuerzo por mantener el crecimiento económico en medio de un panorama marcado por la incertidumbre global, la crisis política interna, y los problemas persistentes de corrupción e ineficiencia en la gestión pública.

Las entidades del Gobierno Nacional concentran el 63,5% del presupuesto para el 2025, una proporción similar a la de 2024 (63,7%). Los Gobiernos Regionales recibirán el 21,6%, ligeramente inferior a 2024 (21,9%), y los Gobiernos Locales manejarán el 14,9%, un aumento en comparación con el 14,4% de 2024. Además, el gasto corriente asciende a S/ 157,364 millones, representando un aumento del 6.2% respecto al 2024. Este incremento sugiere una priorización en el mantenimiento de la burocracia estatal y en la prestación de servicios, a costa de una expansión limitada del gasto de capital, que solo crece un 4.1%. Aunque el gasto de capital aumenta hasta S/ 66,874 millones, este crecimiento es modesto, lo que podría limitar la capacidad del Estado para financiar proyectos de infraestructura esenciales para el desarrollo económico a largo plazo.

Presupuesto comparativo 2024 2025

Comparado con 2024, el gasto corriente aumenta en términos absolutos, pero esta expansión no se traduce en un cambio significativo en la estructura del presupuesto, lo que indica que no se están tomando medidas sustanciales para reducir la ineficiencia en el uso de los recursos públicos. Además, el ligero incremento en el gasto de capital no es suficiente para compensar las necesidades de inversión en un país que aún enfrenta importantes desafíos de infraestructura.

En el Gobierno Nacional, se observa un incremento del gasto corriente del 10.5%, mientras que el gasto de capital disminuye en un 6.3%. Este aumento del gasto corriente está alineado con la tendencia de priorizar la prestación de servicios y el cumplimiento de metas institucionales, lo que refleja una necesidad de fortalecer la capacidad operativa del gobierno central. Sin embargo, la reducción en el gasto de capital podría limitar la ejecución de proyectos de infraestructura, lo que puede afectar el crecimiento proyectado del 3.1% del PBI en 2025. Este enfoque podría generar tensiones en la sostenibilidad a largo plazo si no se logra un balance adecuado entre gasto corriente y de capital.

La asignación presupuestal a los Gobiernos Regionales y Locales muestra una tendencia positiva, con un incremento general en los recursos. El aumento significativo en el gasto de capital para los Gobiernos Locales (24.2%) sugiere un impulso hacia proyectos de infraestructura y desarrollo local, lo cual es crucial para cerrar brechas regionales y contribuir al crecimiento económico. Sin embargo, el ligero aumento en el gasto corriente para los Gobiernos Regionales (1.0%) podría ser insuficiente para enfrentar los desafíos operativos y de prestación de servicios en estas regiones.

La reducción en el pago del servicio de la deuda tanto para el Gobierno Nacional (-2,9%) como para los Gobiernos Locales (-13,9%) podría reflejar un proceso de refinanciamiento de la deuda pública. Esto podría liberar recursos para otros fines prioritarios a corto plazo, pero también podría generar mayores obligaciones futuras, lo que debe considerarse cuidadosamente en términos de sostenibilidad fiscal.

Financiamiento del Presupuesto 2025

El MMM 2025-2028 establece que el déficit fiscal alcanzará el 2.8% del PBI en 2024 y proyecta un crecimiento del PBI de 3.2% para ese mismo año. Sin embargo, la opinión del Consejo Fiscal (CF) expresa preocupación, señalando que es muy probable que esta meta de déficit no se cumpla, dado que a junio de 2024 ya se había alcanzado un déficit del 4% del PBI. Para alcanzar la meta proyectada, los ingresos deberían aumentar en un 13%, lo cual, según el CF, resulta poco probable en el escenario actual.

Esto plantea un desafío significativo para el financiamiento del presupuesto 2025. Si el déficit fiscal de 2024 supera el 2.8%, será necesario ajustar las proyecciones para 2025 y considerar posibles medidas correctivas, como la ampliación de la base tributaria y el control más estricto del gasto público.

El MMM proyecta un crecimiento del PBI del 3.1% para 2025, con sectores como la pesca, que se espera crezca un 7.0%, y la construcción, que muestra un aumento del 4.0%. Sin embargo, el CF advierte que el crecimiento del 3.1% podría ser inconsistente con un escenario internacional menos favorable. Si el crecimiento económico es más débil de lo proyectado, esto afectará directamente los ingresos fiscales, complicando aún más el cumplimiento de las metas de déficit.

El análisis del CF resalta la necesidad de mejorar la recaudación tributaria para evitar el incumplimiento de las reglas fiscales. La SUNAT estimó un incumplimiento en el pago del IGV en 2023 de S/ 34,669 millones, equivalente al 3.5% del PBI. Esto indica un área de mejora significativa en la gestión tributaria. El aumento de la eficiencia en la recaudación es esencial para financiar el presupuesto sin aumentar la carga impositiva, lo cual podría desalentar la inversión privada y el consumo.

El gasto tributario estimado para 2025 ascenderá a S/ 17,624 millones (1.58% del PBI), con un potencial de aumentar a S/ 24,010 millones (2.15% del PBI). Estos gastos tributarios representan recursos significativos que podrían ser utilizados para reducir el déficit fiscal o para financiar programas críticos de inversión. La reducción de estos gastos, junto con la lucha contra la evasión fiscal, debería ser una prioridad en la política fiscal para mejorar la sostenibilidad del financiamiento público.

El contexto político y la ineficiencia del Sector Público

La crisis política y la corrupción endémica siguen siendo factores críticos que erosionan la eficacia del gasto público. El aumento del gasto corriente refleja, en parte, una estructura estatal que ha sido resistente a la reforma y a la racionalización de sus operaciones. En lugar de redirigir recursos hacia inversiones productivas, el Estado continúa financiando una burocracia costosa que no necesariamente mejora la calidad de los servicios públicos.

Este contexto se agrava por la ineficiencia en la gestión pública, donde los recursos se ven frecuentemente malgastados o desviados debido a la corrupción. Esta situación no solo afecta la percepción pública y la confianza en las instituciones, sino que también limita la capacidad del gobierno para implementar políticas efectivas que promuevan el desarrollo económico y social.

En síntesis, el presupuesto público para 2025 refleja un equilibrio frágil entre las necesidades de financiamiento y la sostenibilidad fiscal. Si bien el incremento en el gasto corriente puede ser necesario para mantener ciertos servicios públicos, la falta de un incremento significativo en el gasto de capital podría limitar las oportunidades de crecimiento económico a largo plazo. Además, sin reformas fiscales profundas y un enfoque decidido en la lucha contra la corrupción, el gobierno peruano corre el riesgo de perpetuar un ciclo de ineficiencia y endeudamiento que podría obstaculizar sus aspiraciones de desarrollo.

El camino hacia la estabilidad económica y fiscal requiere no solo una gestión prudente de los recursos, sino también una voluntad política para enfrentar los desafíos estructurales que han frenado el progreso del país. Sin un compromiso real para mejorar la eficiencia del gasto y ampliar la base tributaria, las metas presupuestarias y de crecimiento económico para 2025 podrían resultar inalcanzables.

 

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