miércoles, 9 de julio de 2008

Los reclamos de la población y la distribución más justa de la riqueza


Por: Wens Silvestre

A propósito del paro de los trabajadores, convocado por la CGTP y otras organizaciones del interior del país.
Es derecho constitucional de todo trabajador participar de las huelgas (Art. 28º de la Constitución Política) y de todo ciudadano exigir el respeto a una remuneración equitativa y suficiente, que procure, para él y su familia, el bienestar material y espiritual (Art. 24º de la Constitución Política). En ese sentido, la huelga en el país, es legítima. La Justificación principal para llevar a cabo esta acción, obedece a la pérdida del poder adquisitivo de los sueldos y salarios de los trabajadores en los últimos dos años, sus derechos laborales y el reclamo por una justa distribución de la riqueza.
Si bien es cierto, existe una relativa bonanza económica en el país, pero ésta lamentablemente, no se refleja en la mejora de la calidad de vida de las familias, y tiende a concentrarse en unas cuantas familias privilegiadas. Es así, que las principales empresas mineras, lograron una rentabilidad impresionante en los dos últimos años fiscales (ver gráfico), que les permitió rendimientos superiores a 300% y 500% sobre el capital invertido, concentrándose ingentes recursos en manos de unos cuantos. De ahí la falacia que el Perú crece, pero crece para pocos, y el resto del país sólo se queda mirando que algunos se llevan fácilmente las ganancias por los altos precios de las materias primas.
El Estado, con el Gobierno del Sr. García, está perdiendo una gran oportunidad de crecimiento sostenido y equitativo. Sólo fija su mirada en las grandes transnacionales y empresas mineras, en desmedro de los pueblos del interior del país. Cree que el mercado lo solucionará todo. Paradoja de la vida con respecto a su primer gobierno. Se pasea de un extremo a otro. Los pueblos del interior del país son "tentados", con migajas, y muchas veces, ceden por la necesidad y hambre, aún en contra de su dignidad humana.
Dicen que Perú, atraviesa un buen momento económico, que genera empleo y reduce la pobreza, aunque resulta inaudito las cifras de la reducción de la pobreza, por lo cuestionable de la metodología utilizada por el INEI. Ese crecimiento (8.99% en el 2007), no se refleja en la sociedad. La reducción de la pobreza, cuestionado, porque la realidad es que los trabajadores en el Perú son, en su gran mayoría, maltratados en sus retribuciones salariales, sin derechos laborales en su gran mayoría, y con empleadores que más parecen capataces. Definitivamente, el modelo del mercantilismo bárbaro, no tiene escrúpulos y hace y deshace cuando obedece a sus caprichos. Hace falta una economía social de mercado. Un sistema en la que el Estado tenga una presencia más efectiva y reguladora.
Señalan que el empleo se incrementó en 12% en el interior del país, pero ese indicador es demasiado relativo y sólo son empleos temporales, insostenibles en el tiempo.
Sobre la pobreza, indican que se redujo en 5.2% (de 44.5% a 39.3%), como ya lo señalé, es un indicador que ni siquiera se debería utilizar, la pobreza en realidad se ha acentuado, porque todos percibimos hoy, un salario nominal invariable desde hace varios años, mientras que los precios de los alimentos han sufrido incrementos sostenidos que varían entre 50 y 100%, lo que no se incorpora en el cálculo de la inflación, porque los técnicos consideran que son incrementos estacionales. Hace dos meses, el menú en un restaurante capitalino estaba S/. 8,oo, sin embargo, a inicio de esta semana, ya había subido a S/. 10.oo, es decir un incremento de 25% en sólo dos meses. La pregunta es, ¿se redujo el poder adquisitivo de mi salario? Es obvio la respuesta. En ese mismo sentido, grave error de los técnicos cuando miden la inflación subyacente (para su cálculo, excluyen el incremento de los precios de los alimentos, energía, intereses, impuestos, etc.) porque las amas y los amos de casa saben perfectamente, que el dinero ya no les alcanza para comprar los productos de pan llevar. Y esa reducción de su capacidad adquisitiva, ya no es temporal, sino permanente. En ese contexto, las familias consumen menos, porque su presupuesto no se ha incrementado, y maneja el mismo ingreso nominal, por eso en algunos casos, los ciudadanos recurren a sus tarjetas de créditos, que finalmente, pasado unos meses, éstos no podrán cumplir con sus obligaciones de crédito, tendiendo a deteriorarse más sus presupuestos mensuales, por el alto costo del dinero (202% de interés real, según la SBS, publicado en Gestión 09.julio.2008), y la crisis financiera, podría anunciar el desequilibrio económico en todos los sectores productivos.
Se indican, que en la region San Martín los jornales han aumentando en un 50% y en algunas provincias se ha duplicado. No existe un estudio serio sobre el tema, salvo los salarios temporales de los obreros constructores que no representa a la inmensa mayoría de ciudadanos desempleado o subempleados que no perciben ese incremento relativo de sus salarios.
Justificaciones para los reclamos de los ciudadanos existen, más aún si hablamos de las regiones ubicadas en el sur del país y en la Amazonia.
La marcha en el país es aparentemente pacífica, esperemos que se desarrolle así, por el bien, el respeto y el derecho de los ciudadanos que participan y no participan de ella.
La cultura de la Paz ante todo y sobre todo. Debemos rechazar cualquier acto de violencia, venga de donde venga.
La violencia sólo genera más violencia, y el país ya sufrió demasiado, décadas atrás.
Con respecto a los derechos de los que no participan de las marchas, debemos velar por el respeto y garantía de sus derechos constitucionales.
El Gobierno, debe bajarse de las nubes y aterrizar. Debe dejar a un lado la soberbia y escuchar al sector de la población que demanda una justa distribución de la riqueza.

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