Por: Wens Silvestre
Ser positivo es muy bueno, pero en política se requiere ir a tono con la realidad, para no generar falsas expectativas e incongruencias con la situación real en la que vive el 45% de la población.
Las buenas noticias de un crecimiento boyante, generó una inquietud esta mañana, cuando se anunció que la economía peruana creció menos de lo esperado en mayo: 7,3% (Fuente: INEI), cuando se esperaba un crecimiento de 7,9%, es decir, 0,6% más del obtenido. Probablemente, la reducción de la capacidad adquisitiva de las familias ya esté afectando la demanda de bienes y servicios. Si analizamos la estructura de ese crecimiento, el sector dinámico sigue siendo Construcción (14,31%) y Minería (9,66%).
La mala noticia sigue siendo que la exportación principal de la economía, se concentran en materias primas: La minería (50% de las exportaciones totales del país).
Teniendo una Bolsa de Valores, donde los agentes reaccionan irracionalmente, sólo ante un anuncio de otorgarle el grado de inversión a Perú (BBB- Agencia Standard & Poor’s), las operaciones generaron resultados positivos, con crecimiento de 2%, a pesar que las principales bolsas de América Latina, EE.UU. y Europa, cayeron. Saben ellos que las expectativas de crecimiento mundial está en un franco retroceso, y ese débil crecimiento que se pronostica, no cubrirá las expectativas de ganancias de los inversores en el corto plazo. Preocupa que el valor de una acción negociable no tenga el respaldo ni de la décima parte de capital necesario, y todo se base en las expectativas del valor a futuro de las empresas, más aún en un contexto de turbulencias en las economías agravada por la crisis del mercado hipotecario, aunque aliviado el mercado financiero por el anuncio del Gobierno de Estados Unidos de un plan para rescatar a las compañías Fannie Mae y Freddie Mac.
El anuncio de otorgarle el grado de inversión a Perú, es una buena noticia, pero no es motivo para celebrarlo, porque continuamos con una estructura productiva primaria y las inversiones, si bien vienen, sólo se están concentrando en los sectores primarios y en el financiero, y ese es un punto flaco, que requiere ser evaluado por el nuevo ministro de economía a fin de promover mayores inversiones en los sectores que generen valor agregado. Ese es el verdadero reto del ejecutivo.
La designación del Sr. Luis Valdivieso como Ministro de Economía y Finanzas, ha generado mucha expectativa, sin embargo, ya anunció que su política fiscal se centrará en la restricción de gastos corrientes, tal como lo hizo el saliente Luis Carranza, y se concentrará en sembrar las bases productivas, es decir, más recursos para inversiones en infraestructura productiva. Es conciente que la recaudación fiscal tiene una base débil, debido a que los principales contribuyentes son las empresas mineras que explotan recursos no renovables, por lo tanto son recursos no sostenibles en el tiempo. En ese sentido, las expectativas que tienen algunos ministros sobre la posición en política de gasto del Sr. Valdivieso, son exageradas, y puede ser más estricto y disciplinado que su antecesor. Uno de sus anuncios más importantes, pero que no está en sus manos, es combatir la inflación, por su intención de coordinar con la autoridad monetaria. El encargo de velar por la estabilidad monetaria, según la Constitución Política, es el Banco Central de Reserva (BCR), y últimamente esta entidad está aplicando la política inversa de la FED, es decir, está elevando sistemáticamente el tipo de interés de referencia (6%, es decir 0,5 puntos adicionales), con el objetivo de reducir la demanda de dinero y con ello busca reducir la tasa inflacionaria hasta llegar a la meta establecida para el presente año. El problema de las subidas de las tasas de interés referencial, es que son insignificantes en una economía como la peruana, donde las tasas de interés llegan en algunos casos a 202%. En la práctica lo que está sucediendo es que esa tasa referencial atraerá más capital especulativo, que aún elevando la tasa de encaje no lo desalentará, y esto si puede traer abajo al ya débil Dólar Americano, apreciándose el Nuevo Sol, perjudicando de alguna forma al sector exportador que no tiene aún niveles competitivos que le permita sostener una caída más del tipo de cambio. Por el lado de la demanda de dinero, las empresas traerán dinero barato de los Estados Unidos, y el encarecimiento del precio del dinero, sólo afectará a los pequeños negocios y consumidores finales, que no miden el costo del dinero, y sólo cuando sienten que llegaron a su límite en su capacidad de endeudamiento y sus recursos no alcancen para cubrir sus obligaciones, reaccionan. Entonces, sí el BCR, habrá logrado reducir la demanda, y por ende la caída en los precios, pero también habrá enfriado la economía.
Si en el entorno externo las expectativas inflacionarias continúan, por efectos del precio del petróleo (aunque hoy cayó US$6,3 debido a debilitamiento de la economía norteamerciana) y el precio de los alimentos, como creo que será así, el control de la inflación a través de la reducción de la demanda interna, lo único que hará es agravar el poder adquisitivo de las familias: afuera la crisis que ya es una realidad. Hay demasiados aristas libres que no permite avizorar un escenario mundial positivo en el corto y mediano plazo. Aprenderemos a convivir con un dólar americano débil y elevadas tasas inflacionarias.
1 comentario:
Interés del dinero al 202% ??
En España una subida del tipo de interés de 1 punto crea alarma
social y fuertes críticas al gobierno de turno.
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