Por: Wens Silvestre
El
panorama económico del Perú durante el año 2023 no solo desafió las expectativas, sino que también reveló una realidad alarmante: el incremento de
la pobreza en el país. Los datos recientemente revelados por el Instituto
Nacional de Estadística e Informática (INEI) pintan un cuadro desolador de la
situación económica de millones de peruanos.
La
cifra oficial de pobreza en el Perú pasó del 27,5% en 2022 al 29% en 2023, lo
que representa un aumento significativo en un corto período de tiempo. Esto
significa que 9,7 millones de peruanos no pudieron costearse los servicios
mínimos esenciales para una vida digna. Esta cifra es alarmante y merece la
atención urgente de nuestras autoridades y de toda la sociedad.
Fuente: INEI |
En
el ámbito rural, la situación es aún más preocupante, con un aumento del total
de pobres extremos al 16,2%. Esto indica que una parte significativa de nuestra
población rural está luchando para satisfacer incluso sus necesidades más
básicas. Este incremento de la pobreza extrema rural es especialmente
preocupante y debe ser abordado con acciones específicas y urgentes.
Durante
la gestión de Dina Boluarte, se registró un notable aumento de un punto y medio
porcentual en la tasa de pobreza monetaria. Como resultado, 9.78 millones de
peruanos se vieron afectados, lo que representa un incremento de 596 mil
personas en comparación con el año anterior.
Es
importante destacar que este aumento en la pobreza no es solo un problema
reciente, sino que refleja una tendencia preocupante en los últimos años.
Frente al año prepandemia, la cantidad de pobres aumentó en 3.29 millones,
alcanzando un total de 6.49 millones de pobres, lo que representa el 20,2% de
la población.
Dentro
del 29% de peruanos pobres, 1.9 millones son considerados pobres extremos, lo
que significa que viven con ingresos mensuales por debajo de los S/251. Este
segmento de la población merece una atención especial y medidas concretas para
aliviar su situación.
Pobreza 2023 creció a 29% |
Al
observar las regiones o departamentos del país, encontramos disparidades
significativas. Cajamarca (44,5%), Loreto (43,5%), Pasco (41,7%), Puno (41,6%), Huancavelica (39,5%) y Ayacucho (39,4%) presentaron las tasas más altas de pobreza, mientras que Ica (6,9%), Moquegua
(13,1%), Arequipa (13,9%), Madre de Dios (16,6%) y Lambayeque (17,9%)
registraron las tasas más bajas. Esta heterogeneidad en la distribución de la
pobreza subraya la necesidad de políticas específicas adaptadas a las
realidades locales.
Es
hora de que nuestras autoridades tomen medidas concretas y efectivas para
abordar esta crisis. Se necesitan políticas públicas que promuevan el
crecimiento económico inclusivo, la creación de empleo y el acceso equitativo a
servicios básicos como la educación y la salud. Además, es fundamental combatir
la corrupción y mejorar la transparencia en la gestión pública para garantizar
que los recursos lleguen realmente a quienes más lo necesitan.
La
lucha contra la pobreza debe ser una prioridad nacional. No podemos permitirnos
seguir ignorando esta realidad y dejar atrás a millones de nuestros
compatriotas. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para construir un
país más justo y equitativo para todos los peruanos.
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