Por: Wens Silvestre
Escuchar a tres exitosos empresarios peruanos, que durante más de medio siglo tuvieron la oportunidad de experimentar y sobrevivir a las crisis económicas y acondicionarse a los grandes procesos de cambio en el mercado interno y externo, es suficiente para rescatar la valiosa información y recetas personales para el éxito personal y empresarial.
Dionisio Romero, a quien en alguna oportunidad tuve el honor de plantearle ciertas inquietudes sobre el sistema financiero en el interior del país, destapó uno de sus secretos, resaltando la importancia del factor humano -"No hay nada más importante que los empleados y la gerencia. Es el factor humano el que hace y deshace una empresa", refirió en el CADE 2009 Arequipa.
Y es que el factor humano en nuestro país, será un escollo en el mediano plazo, limitando la velocidad de crecimiento camino al desarrollo, debido a la baja calidad de nuestra educación. Es oportuno ahora invertir más en el sector educación, pero una inversión racional que involucre al sector privado y público. El Estado ha cedido al sector privado parte de la formación profesional a costa de incentivos tributarios, cuyo gasto el erario nacional asciende a S/. 1 034.4 millones (Un mil treinticuatro millones cuatrocientos mil Nuevos Soles), según informe de la SUNAT, incluido en los gastos tributarios. Sería pertinente que esas exoneraciones tributarias se racionalicen en función a resultados, para que las instituciones formativas del factor humano continúen disfrutando de ese tratamiento tributario diferenciado.
Otro elemento fundamental que influye en la formación de profesionales en el país, es la calidad de vida de los estudiantes. Factores que van desde la alimentación diaria hasta el entorno familiar que incide en el desarrollo integral de los jóvenes. La ingesta deficitaria de calorías acompañado de un limitada conciencia del hábito de consumo de productos ricos en proteínas y vitaminas, contribuyen a un debilitamiento de la salud del estudiante.
La crisis en la estructura familiar incide inevitablemente en el futuro del educando, generando patrones negativos en la personalidad manifestándose en sus actividades cotidianas.
En ese sentido, es imprescindible despertar y encaminarnos en crear un ambiente social sano para que los niños y jóvenes de hoy sean el pilar fundamental en el sostenimiento de una mejor calidad de vida de mañana.
En suma, la formación del factor humano ha de ser integral, y es en oportuno alcanzar ese escenario si deseamos en el largo plazo, convertirnos en un sociedad desarrollada...